En algunos círculos sociales reconocer que te gusta el fútbol es, más o menos, caer en el pozo de la mediocridad, la incultura o la estupidez mental. Parece ser que si disfrutas viendo este deporte, si te apasionas con los derbis, si animas a tu equipo con entusiasmo, estas incapacitado para leer un libro, tener un criterio propio de las cosas, pensar por ti mismo y por lo tanto mermado intelectualmente en tu condición de Homo Sapiens.
Las elitistas clases mentalmente evolucionadas rechazan el fútbol como paradigma de la borreguez colectiva. Pues sí, me uno a esta borreguez cada año, siguiendo la Liga, la Copa, la Champions. Ah! por cierto, soy capaz de compaginar el “tiki-taka”, el “fútbol con fatatas”, el GOOOOOL...! con William Shakespeare; seguir la trayectoria de una pelota sobre el césped no ha mermado mi capacidad de comprensión de la lectura, aunque a algunos les parezca increíble.
Cada uno vive la vida como quiere, aunque se están perdiendo cosas como estas.
Las elitistas clases mentalmente evolucionadas rechazan el fútbol como paradigma de la borreguez colectiva. Pues sí, me uno a esta borreguez cada año, siguiendo la Liga, la Copa, la Champions. Ah! por cierto, soy capaz de compaginar el “tiki-taka”, el “fútbol con fatatas”, el GOOOOOL...! con William Shakespeare; seguir la trayectoria de una pelota sobre el césped no ha mermado mi capacidad de comprensión de la lectura, aunque a algunos les parezca increíble.
Cada uno vive la vida como quiere, aunque se están perdiendo cosas como estas.
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