Siempre nos han enseñado, desde muy pequeños, las claras diferencias que hay entre el bien y el mal, los buenos y los malos; aunque a medida que te haces mayor te das cuenta que esa polaridad no es tan obvia, y que cambia en el momento en que decides poner tu punto de vista en otra perspectiva.
Los malos tienen el encanto y la libertad de no someterse a ninguna regla, son más autónomos, más independientes. Los buenos por el contrario, están cargados de deberes, de incómoda moral, de obligaciones por cumplir, por el contrario nos los muestran como los vencedores, los que siempre ganan, debe de ser para compensar tanta absurda carga.
Quién quiera ser un verdadero malo malísimo, no sólo debe de serlo, sino también parecerlo, así que hay que practicar desde muy pequeño, como el bebe del video. Se le ve que va a tener un futuro prometedor, si no como malo, sí como cómico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario