Triqui, enemigo público

La reedición en DVD del programa infantil de los 70 “Barrio Sésamo” en EE.UU. ha levantado ampollas. Aquel momento televisivo que nos mantenía pegados al televisor de niños, aquel programa que nos enseñó tantas cosas a los que ahora pasamos de la treintena, ha sido declarado por el fiscal general como “serie destinada para adultos, no apta para niños”.
Según el Tribunal de Defensa de los Telespectadores de Estados Unidos, mencionando ejemplos de la serie alega que: “Triqui, el monstruo de las galletas, no es un buen modelo de comportamiento alimenticio para los niños y muestra valores nutricionales incorrectos” a lo que añade que se deberían cambiar las galletas por frutas y verduras. O sea que ahora Triqui será el “monstruo de las zanahorias”, aunque quizá también sea vetado por el fiscal general debido al carácter fálico de esta verdura. Nuestro entrañable Triqui se ha convertido así en enemigo público de los estadounidenses, cualquier pista que ayude a dar con su paradero será recompensada.
Cabe destacar que este mismo fiscal mandó tapar el pecho de las estatuas de la Diosa de la Justicia, que sosteniendo en una mano una balanza y en la otra una espada, decoraban muchos de los tribunales del “avanzado” país, por “pervertir la idea que la ciudadanía tiene de la Justicia al mostrar esta imagen los pezones desnudos”. Que se prepare la Diosa Afrodita representada en la “Venus de Milo” o “La Maja Desnuda” de Goya, ¿las vestirán también para soportar el invierno cultural y la estupidez humana? Suerte tenemos que tales obras no están ubicadas en territorio “Bushiano”.
Volviendo a la serie que nos atañe, se dicta también en el informe la “posible homosexualidad no declarada de Epi y Blas que pervierte la moral y puede confundir la sexualidad de los niños”. También se dan datos de un capítulo, que la verdad no recuerdo, en el que un adulto invita a una niña a entrar en su casa y le ofrece un vaso de leche, donde han detectado un “posible caso de pederastia encubierta”.
Al final del informe se explica que “no se trata de censurar el programa, sino de corregir su calificación puesto que en 30 años se ha avanzado mucho en lo que respecta a la protección de los menores ante los abusos de la televisión”. De este modo nuestro entrañable “Barrio Sésamo” se ha convertido en una serie clasificada para el visionado exclusivo de los adultos, aún tenemos suerte de que no la hayan quemado en la pira del puritanismo conservador descerebrado.
Incluyo aquí la sintonía y las imágenes del comienzo de la serie, para disfrute de los más nostálgicos, no sin antes advertirles que: “las imágenes que verán a continuación pueden herir la sensibilidad de los espectadores. Programa no recomendado para menores de 18 años”.