25 nov 2010

Castillos en el aire - Alberto Cortez

Quiso volar, igual que las gaviotas

libre en el aire, por el aire libre,

y los demás dijeron: - pobre idiota!

no sabe que volar el imposible.

Más extendió las alas hacia el cielo

y poco a poco fue ganando altura,

y los demás quedaron en el suelo

guardando la cordura.

Y construyó castillos en el aire

a pleno sol, con nubes de algodón

en un lugar a donde nunca nadie

pudo llegar usando la razón.

Y construyó ventanas fabulosas

llenas de luz, de magia y de color.

Y convocó al duende de las cosas

que tienen mucho que ver con el amor.

En los demás, al verlo tan dichoso,

cundió la alarma, se dictaron normas;

no vaya a ser que fuera contagioso

tratar de ser feliz de aquella forma.

La conclusión es clara y contundente,

lo condenaron por su chifladura

a convivir de nuevo con la gente

vestido de cordura.

Por construir castillos en el aire

a pleno sol, con nubes de algodón

en un lugar a donde nunca nadie

pudo llegar usando la razón.

Y por abrir ventanas fabulosas

llenas de luz, de magia y de color.

Y convocar al duende de las cosas

que tienen mucho que ver con el amor.

Acaba aquí la historia del idiota

que por el aire, como el aire libre

quiso volar igual que las gaviotas.

Pero eso es imposible.


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