25 nov 2010

Escalofrío en el interior de un jersey de lana inglesa


Cuando el nuevo responsable de selección de personal, adscrito al departamento de Recursos Humanos, llegó a la empresa, lo hizo de forma silenciosa, sin alterar la cadencia propia del Adagio administrativo lento y perseverante. Después de un año había conseguido un puesto por meritos propios en la orquesta de la primera planta; y aunque sin deseos de ser solista, marcaba una clara tendencia al tempo de la sinfonía para pasar del Adagio al Allegro.
- Titánico trabajo cambiar actitudes en una estructura empresarial demasiado acostumbrada a hacer las cosas siempre del mismo modo. – pensó. Aunque los retos imposibles o improbables le añadían al torrente sanguíneo un cóctel químico de hormonas dopamínicas tomadas con pajita que le hacían sentir bien.
- ¡Gung ho! – espetó delante del ordenador.
Su compañera de mesa lo miró por encima de las gafas bifocales de pasta negras y siguió tecleando, estaba habituada a reacciones repentinas y estentóreas del recién llegado, como Arquímedes y su ¡Eureka!
Fue a la fotocopiadora y esperó a que el tóner acabase de despertar. Las primeras impresiones del día tardaban un poco más de lo habitual en emerger, como por arte de magia, por aquella minúscula ranura.
- Se tiene que calentar primero – comentaba siempre una voz desde la oficina de cambios situada justo al lado.
Puede que las fotocopiadoras también tengan días malos como los lunes de invierno, o necesiten un café corto y sin azúcar de la máquina de cuarenta céntimos antes de comenzar la jornada.
El folio por fin cayó en la bandeja, le gustaba el calor del papel recién salido de las entrañas del horno de tinta. Cogió el papel que había enviado desde su ordenador y lo colgó en un lugar visible del departamento. ELIGE TU ACTITUD.
Nadie del departamento hizo demasiado caso al ¿críptico? mensaje; dos comentarios y alguna reflexión, a lo sumo, con un par de personas de confianza.
Observaba el mensaje y el tráfico de empleados que entraban y salían rítmicamente de los despachos, el ángulo desde su cubículo era perfecto para, discretamente, observar reacciones ajenas.
Nada destacable. Ni siquiera el jefe del departamento preguntó por la nueva cuartilla que decoraba el expositor. Nada.
Por algún tiempo continuó decorando despachos, ya no sólo el propio, con mensajes positivos, de reflexión, de autoayuda, moralejas y frases hechas de libros, estudios, revistas o de algún PowerPoint que le enviaba un amigo. Organizaba cenas, salidas, encuentros a los que se sumaban adictos a las fiestas, noctámbulos y solteros en busca del calor carnal de una noche.
Nada.
El Adagio del lunes siguiente siempre era el mismo, la misma partitura, las mimas notas y el mismo ritmo cansino y rutinario.
Pidió la excedencia antes de cumplir dos años en la empresa. Cuando se reunió con el Responsable de Recursos Humanos para notificarle su marcha le comentó:
- Debo marcharme, me está pasando como a los demás, estoy empezando a confundir resignación con aceptación.
Firmó la hoja y se levantó, cuando atravesaba el pasillo enmoquetado pasó junto a la fotocopiadora, sacó una copia en blanco y se calentó las manos por última vez.

6 comentarios:

Montse dijo...

....Sencillamente, me encanta "el calor humano" de la fotocopiadora...

Unknown dijo...

espero que no siguis Nostradamus i que entre tots canviem el final del conte, amb 21 més, receptius com tú, fotem una empresa collonuda

English Man dijo...

Deu t'escolti!!!
Un "saludu" company!

Anónimo dijo...

Puede que alguien si se diera cuenta... en silencio... acostumbrado mas bien, a no expresarse en publico... o almenos aquello que realmente importa, puede ser... a lo mejor... lo cogio en silencio... uno de esos dias que a las siete menos cuarto ya no queda nadie...y pensara...por que no??? ahora has llegado hasta aqui!!! ahora tengo la oportunidad de hacer todo aquello que pensaba cuando, hace un tiempo estaba subiendo a personas, de dos en dos, de forma automatica desde lo mas bajo hasta lo mas alto... en unas motos, que se antojaban como un deseo de futuro, subir... desde lo mas bajo hasta arriba y poder cambiar las cosas...POR QUE NO??? Coger esa hoja cuando ya no queda nadie... establecer un vinculo con la fotocopiadora, porque ya no queda nadie, solo ella y yo, hacer una reduccion y pegarla en una minilibreta que me acompaña dia tras dia, un poco vieja, rota, humeda, con palabras borradas por el agua, mojada...pero siempre conmigo... y ante la presencia de cualquier decision, problema o disyuntiva durante el dia, un simple gesto... abrir esa libreta, ver esa fotocopia y decidir... solo dos opciones, una la he tenido siempre, la otra desde hace poco...la eleccion es siempre rapida y desencadena una serie de recuerdos, pensamientos y acciones. Ya no estan todos aquellos con los que me hubiera gustado compartir este nuevo dia a dia, se les echa de menos, pero esta simple fotocopia, ya me ha ayudado mucho en este corto periodo de tiempo que lleva junto a mi!!! Asi que, puede que no este todo perdido, o eso quiero creer, puede que las cosas cambien y que al final de esa excedencia, hayamos creado un mejor lugar, con mejores ideas y mejores personas... un lugar donde ese calor de una fotocopiadora sea dado por todas las personas, para todas las personas...costara mucho, lo se, y a pesar de mis quejas y mas quejas yo apuesto por ello, es mi apuesta de futuro!!! Y dado que se que hay personas que piensan igual que yo, voy a luchar por conseguirlo!!! Solo me queda decir gracias... por todo!!! A veces tan solo basta un gesto, una mirada, una palabra, un apoyo, un cigarro rapido!!! son cosas que hacen que esto valga la pena y no se de por perdido!!!

English Man dijo...

Anómino, esa energía positiva es mejor que cualquier pila alcalina, por muy Duracell que se llame.
Un abrazo company! ;)

Carme Bello dijo...

los pelos de punta...